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Las fuerzas militares mexicas ancestrales estaban compuestas de un gran número de plebeyos (yaoquizqueh) que solo poseían conocimientos y capacitación militares básicos, y un pequeño pero todavía considerable número de guerreros profesionales, pertenecientes a la nobleza (pipiltzin), los cuales se organizaron en diferentes sociedades guerreras, a las cuales eran integrados según sus logros en el campo de batalla.
El estado mexica ancestral estaba centrado alrededor de la expansión militar y del predominio político sobre otros pueblos, además de la exigencia de tributo de otras ciudades-estado, por lo cual la guerra era la fuerza básica en la política mexica. La sociedad mexica también estaba centrada alrededor de la guerra; cada hombre mexica recibía formación militar básica desde temprana edad, ya que la guerra no solo era importante para el bien del imperio, sino que también era para muchos la única posibilidad de ascender en la pirámide social mexica, la única forma de dejar de ser plebeyos (macehualtzin). Un guerrero mexica se destacaba por sus logros y habilidades militares, especialmente la toma de cautivos (maltin) para el sacrificio.
El sacrificio de cautivos de guerra era una parte importante de muchos festivales religiosos de los mexicas. La guerra fue la principal fuerza impulsora de la economía del imperio y de la religión mexica.
SOCIEDADES GUERRERAS
Los guerreros sobresalientes en la batalla pueden ser ascendidos a nobles y pueden introducirse en algunas de las sociedades guerreras (al menos entre los guerreros águila y los guerreros jaguar). Los hijos de nobles capacitados en el Calmécac, sin embargo, tienen que entrar en una de las sociedades progresando a través de los diferentes rangos, como cualquier otro soldado. Los guerreros pueden pasar de una sociedad a otra cuando tengan suficiente mérito. Cada sociedad tiene diferentes modos de vestir y adornos en el uniforme.
COMERCIANTES.
Los comerciantes, en particular los llamados pochtecah (hoy en día conocido así al líder de los comerciantes del imperio), son tal vez la fuente más valiosa de información para la inteligencia del imperio mexica. Mientras viajan por todo el imperio y más allá de este durante los intercambios comerciales con grupos fuera del control de los mexicas, el tlatoani solicita que al regreso los pochtecah volviesen con información general y específica sobre aquellos lares; como parte de dicha información se incluyen datos acerca del clima político percibido en aquellas regiones donde se comercia, lo que permite que el tlatoani evalúe las acciones necesarias tanto para prevenir ataques como para mantener las hostilidades con grupos rebeldes o en posibilidad de rebelarse. Dado que el imperio de los mexicas ha estado expandiéndose, el papel de los comerciante ha adquirido mayor importancia; esto debido a que se ha hecho cada vez más difícil obtener información sobre sitios distantes en una manera oportuna, especialmente aquellos que se encuentran fuera del imperio; para contrarrestar ésto, la comunicación y la alerta recibida de parte los comerciantes es invaluable. A menudo, los comerciantes son la clave para el éxito de la respuesta del ejército mexica ante las hostilidades externas. Si un comerciante es asesinado mientras realizaba sus actividades comerciales, esto podía constituir motivo para iniciar las hostilidades; la represalia rápida y violenta de los mexicas ante dicho evento constituye un testimonio de la inmensa importancia que los comerciantes tienen para el imperio mexica.
Los comerciantes son muy respetados en la sociedad mexica. Cuando los comerciantes transportan su mercancía y si existe la probabilidad de pasar a través de un territorio peligroso, guerreros mexicas acompañan a los viajeros para proporcionar una protección muy necesaria ante el ataque de hostiles y organizaciones rivales. A cambio, los comerciantes proporcionan un servicio a los militares espiando a buena parte de los enemigos del imperio mientras comercian en las ciudades enemigas. Así los comerciantes han sido capaces de ganarse la protección del Estado al tiempo que contribuyen al progreso del imperio.
EMBAJADORES.
Una vez que los mexicas han decidido conquistar un determinado espacio, envían un embajador desde Nueva Tenochtitlan para ofrecer a la organización-estado en cuestión el convertirse en un protectorado mexica. Para ello, los embajadores explican los beneficios que las organizaciones obtendrían gracias al comercio con el imperio. Los mexicas, a cambio, piden materiales preciosos para el tlatoani. Una vez expuestas las condiciones se da a la organización local 20 días para presentar su respuesta. Si es negativo, se envía nuevamente embajadores a persuadir a dirigentes locales; sin embargo, estos nuevos embajadores van con intenciones más amenazadoras que sus predecesores, ya que en lugar de hablar de los beneficios del comercio, estos hombres podrían señalar la destrucción que las fuerzas del imperio podrían causar a su flota si esta declina la oferta. Nuevamente se conceden 20 días para presentar una respuesta. Si la respuesta es nuevamente negativa, el ejército mexica será enviado inmediatamente. No se dan más advertencias. Las organizaciones serán destruidas y sus afiliados serán tomados prisioneros.
MENSAJEROS.
Los mexicas utilizamos un sistema de mensajería en el cual militares acompañan a lo largo de los principales caminos del imperio a los mensajeros que se encargan de transmitir los mensajes hasta su destino, ya fueran hasta los ejércitos en el frente o hasta ciudades distantes y en las fronteras. Por ejemplo, los “corredores” pueden ser enviados por el tlatoani para informar a los altepetl aliados sobre la movilización de tropas para sofocar alguna rebelión en las provincias. Los mensajeros también avisan a las ciudades tributarias sobre la situación del ejército imperial con el propósito de que se suplan sus necesidades; así mismo también llevan mensajes entre los ejércitos enemigos y entregan a Nueva Tenochtitlan noticias sobre el resultado de las guerras.
ESPÍAS.
Antes de una movilización militar, los espías formales (llamados quimichtin) son enviados al territorio enemigo para reunir información que pudiera proveer ventaja al ejército mexica. Concretamente, se les pide que obtengan información acerca de los territorios a cruzar, las defensas enemigas, así como detalles sobre el ejército enemigo y sus recursos. Estos espías también realizan investigaciones buscando a los disidentes locales, a quienes se les paga para obtener información. Los quimichtin viajan discretamente, e incluso hablan y visten al estilo del enemigo. Debido a la naturaleza extremadamente peligrosa de este trabajo (ya que se arriesgaban a sufrir una muerte tortuosa y la esclavización de su familia en caso de ser descubiertos), estos espías son ampliamente recompensados por su trabajo.
Los mexicas también recurrimos a los servicios de un grupo particular de espías-comerciantes, conocidos como los naualoztomecah. Los naualoztomecah solían viajar disfrazados, y en su viaje buscan información acerca de los bienes de las regiones que recorrían. Los naualoztomecah también recolectan información en los mercados, la cual reportaban a los pochtecah de más alta jerarquía.
Los mexicas o aztecas somos un imperio con desarrollo político, económico y militar; asimilamos la cultura y filosofía de nuestros ancestros, organización con valores de lealtad, hermandad y honor. Las principales características de los mexicas son: espíritu guerrero, nobleza, justicia y lealtad. El imperio tiene el objetivo de ser una organización con continuo crecimiento y conquistadores por el camino de la civilidad o guerra según el nivel de interés del nuestro Tlatoani, trayendo orden y crecimiento a los ciudadanos protegidos bajo las alas de nuestras águilas guerreras.
Lealtad y Fraternidad.