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Asuntos Clandestinos / ILEGALES

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Si alguien pregunta donde está el mercado negro, seguramente le manden hablar con nosotros



History

Durante la invasión de la caída de Virgil, el 2 de enero de 2737, en el marco del asedio al sistema Tíber iniciado en 2732 por los Vanduul, cientos de miles de refugiados lograron escapar de Cyrene. Algunos de ellos se unieron a grupos de contrabandistas que operaban durante la invasión, consiguiendo huir del invierno nuclear de Cyrene y dirigiéndose al sistema NYX, pasando por los sistemas VEGA, TANGA, ODIN y BREMEN.

NYX, que en ese momento no estaba reclamado por ninguna autoridad militar ni gubernamental, comenzó a recibir una oleada de refugiados que, guiados por el boca a boca, se fueron estableciendo en sus lunas y planetas. Sin embargo, este asentamiento enfrentó un problema grave: la escasez de recursos esenciales para la construcción de armas y naves defensivas.

Ante esta necesidad, los colonos de NYX se vieron obligados a realizar múltiples saltos a sistemas cercanos en busca de suministros. Pero no todos contaban con la infraestructura necesaria para garantizar un viaje seguro de ida y vuelta. Muchos de ellos eran agricultores, ganaderos o mineros sin acceso a naves adecuadas ni tecnología avanzada.

Para hacer frente a esta adversidad, comenzaron a formarse tribus recolectoras dedicadas a la producción de alimentos, recursos de minería y drogas naturales o sintéticas, altamente demandadas en los sistemas de la UEE. Estos productos les permitían obtener moneda de cambio para cubrir necesidades defensivas. En los siglos posteriores, las familias de colonos prosperaron y establecieron un sistema social y económico fuerte.

Entre estas familias, un grupo de contrabandistas liderado por Mardok, descendiente de los primeros exiliados de Virgil, ganó notoriedad. Mardok había heredado la dirección familiar tras la muerte de su padre, quien siempre se opuso al contrabando de estupefacientes por motivos morales. Mardok, sin embargo, opinaba que los alucinógenos eran de uso recreativo y que nadie obligaba a consumirlos, por lo que veía absurdo desaprovechar una oportunidad de negocio tan lucrativa.

Tras la muerte de su padre, Mardok comenzó a traficar con estupefacientes, sabiendo que, aunque ilegales en la UEE, eran extremadamente codiciados y difíciles de conseguir. Este comercio le permitió aumentar rápidamente sus ingresos, expandir su flota e infraestructuras, y posicionarse como una figura central del contrabando interestelar.

Su visión era clara: no quería vivir en la miseria como su padre, mientras la élite de la UEE disfrutaba de los mismos lujos que perseguían como ilegales. Mardok estaba decidido a tomar su parte del pastel, aunque implicara arriesgarlo todo. Su grupo no tardó en hacerse famoso en el mercado negro bajo el nombre de “los ilegales”. Si alguien necesitaba cerrar un trato clandestino, sabía a quién acudir.

Su fama creció tanto que incluso la UEE tomó nota. Cuando quisieron intervenir, los ilegales ya habían tomado posiciones estratégicas en varios sistemas, afectando gravemente a las empresas legales y provocando la caída de muchos mercados. La situación llevó a la UEE a sentarse a negociar con ellos.

Como resultado de estas negociaciones, los ilegales obtuvieron múltiples beneficios. Se les permitió operar con menor vigilancia, lo que facilitó el éxito de sus rutas de contrabando. Además, se estableció que si alguno de sus miembros era capturado cometiendo un delito no violento, las penas serían reducidas o incluso inexistentes. También se les concedió acceso a informes clasificados y datos ciudadanos, con el fin de evitar infiltraciones en sus filas.

Esto generó tensiones con otros gremios de piratas y contrabandistas, que exigieron los mismos derechos. El descontento general provocó una espiral de violencia en los sistemas UEE, con ataques constantes que amenazaban la estabilidad del Imperio.

Ante esta crisis, la UEE pidió ayuda a los ilegales para actuar como intermediarios y frenar el conflicto. Mardok, consciente de su posición privilegiada pero también del riesgo de ser el blanco de otros sindicatos, decidió actuar. Convocó una reunión multitudinaria en Spider con los líderes de los principales sindicatos del crimen.

Allí propuso la creación del CIS (Centro Imperial de Seguridad), un organismo independiente presidido por un General delegado por la UEE —llamado Kogeider— y dirigido ejecutivamente por el propio Mardok. El CIS colaboraría con la inteligencia de la UEE, pero respondería exclusivamente a los intereses de los sindicatos ilegales adscritos.

Sus funciones principales serían la detección y denuncia de traidores e infiltrados, así como la recopilación y distribución de información interna. A cambio, los sindicatos se comprometían a compartir información cuando se les solicitase sobre antiguos miembros, para rastrear posibles amenazas.

Además, se fundó oficialmente la Alianza Clandestina, una red de cooperación entre los miembros del CIS, basada en el respeto mutuo a las rutas comerciales, no agresión entre aliados y el apoyo (no obligatorio) en caso de guerra o conflictos externos.

La propuesta fue bien recibida por una mayoría, y Mardok fue votado unánimemente como Director del CIS. No obstante, algunos sindicatos con ideologías políticas contrarias rechazaron unirse y abandonaron Spider con disconformidad.

Actualmente, se cree que la base principal de los ilegales permanece en el sistema NYX, aunque también mantienen instalaciones secundarias en otros sistemas no reclamados. Los últimos informes confirman una fuerte presencia en PYRO, tras la reciente apertura del portal STANTON–PYRO y la llegada masiva de colonos.

Nacimiento del CISAC: El Acuerdo Innombrable

El CISAC, acrónimo de Centro Imperial de Seguridad para la Alianza Clandestina, fue fundado a principios del año 2955 como resultado de una alianza improbable entre dos fuerzas opuestas: el sindicato de los ilegales y el Imperio de la UEE. La creación de este organismo se formalizó tras una reunión clandestina sin precedentes celebrada en Spider, donde líderes del bajo mundo y delegados del gobierno imperial compartieron por primera vez una preocupación común: la creciente inestabilidad que amenazaba el orden galáctico.

En aquel momento, el incremento descontrolado de la piratería estaba devastando a las compañías más influyentes de los mercados cotizados, pilares fundamentales del equilibrio socioeconómico de la UEE. La sombra de un colapso financiero total se cernía sobre el sistema, y la presión de los consorcios económicos llevó al gobierno a tomar una decisión radical.

Aunque los actos de piratería eran atribuidos en su mayoría al sindicato de los ilegales, lo cierto es que su estructura distaba mucho de la de organizaciones como Xenothreat. Carentes de una agenda política, los ilegales operaban con un único propósito: el beneficio económico, a través del contrabando, la eliminación selectiva de objetivos y el control del mercado negro. Su hegemonía criminal había alcanzado tal magnitud que ni las fuerzas del orden, ni los sistemas automatizados de defensa, ni siquiera las instancias judiciales podían detener su expansión.

En medio de una corrupción galopante y el descrédito de las instituciones, surgieron aún algunas figuras honestas dentro del gobierno. Estos pocos leales, testigos del derrumbe moral del imperio y preocupados por el destino del joven emperador, convencieron a la presidenta Laylani Addison de explorar una vía inédita: negociar con los ilegales.

El resultado fue un acuerdo estratégico sin precedentes. A cambio de ciertas concesiones —como la relajación del monitoreo de sus rutas o beneficios penales para sus miembros capturados— los ilegales, bajo el mando de Mardok, se comprometieron a no atacar a las fuerzas del orden ni a interferir con las rutas de transporte de empresas nacionalizadas, siempre que no fueran agredidos primero. El pacto incluía además una colaboración encubierta con el servicio de inteligencia imperial, que les otorgaba un papel activo en la identificación de amenazas emergentes y traidores dentro y fuera del sistema.

Este acuerdo marcó el inicio de la transformación de los ilegales. De ser un sindicato tribal, pasaron a constituirse como una organización militarizada bajo la tutela de los servicios de inteligencia de la UEE. El CISAC surgió como el órgano central de coordinación y supervisión de esta nueva alianza.

Durante un breve periodo, pareció que la fórmula funcionaba. Los mercados se estabilizaron, las rutas fluyeron sin interferencias y el Imperio disfrutó de una paz tensa, pero rentable. Sin embargo, no todos estaban conformes. Otros sindicatos piratas, marginados de los beneficios del acuerdo, comenzaron a reaccionar con una violencia feroz, atacando todo lo que se moviera: infraestructuras civiles, naves de carga, bases agrícolas, convoyes militares, incluso simples exploradores. Su intención era clara: presionar a la UEE para ser incluidos en los privilegios concedidos al sindicato de Mardok.

La paz volvió a tambalearse. El gobierno, acosado de nuevo por los mercados y con el caos creciendo en los bordes del sistema, convocó un gabinete de crisis. Laylani Addison, ante la urgencia del momento, trasladó la responsabilidad al servicio de inteligencia, que a su vez recurrió nuevamente a Mardok. Su red de contactos en el mundo clandestino, forjada durante años de alianzas y traiciones, se convirtió en la única vía viable para evitar una guerra abierta.

Fue así como, el 6 de marzo de 2955, Mardok viajó junto al Alto Mando Imperial a Spider, donde presidió una cumbre interclanes sin precedentes. Allí, entre juramentos sellados en sangre y promesas de lealtad velada, se gestó el nacimiento oficial del Centro Imperial de Seguridad para la Alianza Clandestina. Aquel día, el CISAC fue más que una firma o una estructura: se convirtió en el símbolo de una tregua silenciosa entre el orden y el caos.

Desde entonces, toda organización o sindicato afiliado al CISAC porta al final de su manifiesto una sola frase, breve pero poderosa: (Adscrito al CISAC)

Una marca que, en el universo clandestino, es tanto un estigma como una bendición.

Manifesto

Buscamos altos mandos para el Almirantazgo que cumplan los requisitos requeridos para el cargo:

Vicealmirante: Sus tareas serán las de llevar el inventario de personal, infraestructuras, armamento y mercancías, así como la contabilidad general. Organizará los rangos de los miembros según vayan demostrando su valía, y abastecerá a los corsarios con los recursos que estos necesiten para ejecutar las misiones. Se busca persona estudiante o con experiencia profesional en área administrativo, y dominio de los sistemas LIFO Y FIFO. Se valorará formación militar ingame.

Contralmirante: Llevará las campañas de reclutamiento cuando estén abiertas e informará a los nuevos miembros sobre sus deberes dentro del sindicato, siendo responsable de su formación, poniendo en marcha actividades en forma de salidas o misiones de entrenamiento. También será el encargado de crear y gestionar la patente de corso, cuando tenga que hacer el llamamiento a los corsarios cada vez se abra una nueva campaña. Solicitamos una persona con formación militar ingame, con dotes de mando y docentes, y experiencia demostrable en diseño gráfico, para crear las tarjetas con patente de corso y pancartas para eventos y marketing que el sindicato necesite sacar al mercado.

Comodoro: Será el encargado de dirigir los laboratorios de estupefacientes y las rutas de contrabando, teniendo la responsabilidad tanto de iniciar exploraciones en busca de recursos capaces de crear fórmulas para nuevos estupefacientes, así como de gestionar las rutas ya existentes, y explorar en busca de mercancías y nuevas rutas relacionadas con la actividad normal del sindicato. Así mismo, será el portavoz comercial encargado de dirigir las relaciones con los clientes, y ofrecer nuestros productos y servicios. Buscamos una persona con dotes de mando y don de gentes. Que tenga experiencia en el área logística y comercial, con tenacidad suficiente para dirigir los laboratorios y las rutas de contrabando en general, así como mantener las relaciones comerciales con clientes y organizaciones aliadas y afines al sindicato. Se valorará formación militar ingame.

Todo aspirante a un cargo dentro del Almirantazgo, así como al rango de corsario, deberá ser miembro exclusivo del sindicato, para poder acceder al cargo o ascender al rango de corsario desde rangos inferiores.

Buscamos expertos y especialistas en diferentes sectores:

-Expertos con experiencia en dirigir grupos de combate terrestres o aéreos.
-Especialistas en contrabando, logística y exploración.
-Investigadores científicos.
-Agentes de inteligencia y contrainteligencia.
-Pilotos especializados en naves de combate y naves de carga.
-Expertos en armas manuales y combate cuerpo a cuerpo.
-Conductores de vehículos y artilleros especialistas en torretas navales y terrestres.
-Personas con ganas de aprender y hacer carrera en una profesión desafiante llena de intensas emociones que te llevarán hasta donde quieras llegar. Desde tu entrada como aprendiz, hasta llegar al rango de corsario, donde serás capaz de dirigir uno o varios grupos organizados de ilegales, según tu grado de capacitación.

Si estas interesad@ , envía tu inscripción de reclutamiento con una breve descripción tuya, donde nos indiques de que otras organizaciones eres miembro o estás afiliado, y donde crees que encajarías con nosotros.

Si ya eres miembro o afiliado, solicita ya tu entrada en Discord para empezar a relacionarte con los demás miembros del sindicato.
Contacto: org.ilegales@gmail.com

Sindicato adscrito al CISAC
+info…

Charter

ORGANIGRAMA:

El mando de nuestra organización lo forma el “Almirantazgo”, con nuestro Almirante Mardok al mando, acompañado del Vicealmirante, el Contralmirante y el Comodoro. El Almirantazgo es el órgano soberano que gestiona y administra el sindicato y determina los pasos y acciones a seguir en todo momento, basando sus decisiones en los resultados de las campañas que se van llevando a cabo, así como los hechos y la información que van recibiendo de todos los miembros de la organización en su conjunto, actuando en consecuencia.

Corsario: Es el oficial de mayor rango, solo inferior a los miembros del Almirantazgo. Su destreza en el arte de la lucha y sus profundos conocimientos del mercado negro le han llevado a ser uno de los oficiales mas valorados de la organización para dirigir misiones de alto riesgo. Tiene la responsabilidad de dirigir a grupos de combate en las diferentes misiones de, contrabando, represalia, exploración e infiltración que le son asignadas mediante la patente de corso.

Contrabandista: Es un piloto experto en combate, exploración, logística y manipulación de carga y descarga. Después de haber pasado por diferentes fases de experiencia en combate y logística de contrabando, usa sus habilidades para pilotar tanto naves de escolta como naves de carga de cualquier tonelaje en las misiones donde se deben de transportar, desmantelar o recoger mercancías de diversa índole. Trabaja en grupo, normalmente bajo las órdenes del corsario en misiones de contrabando, siendo escoltado por un escuadrón de cazas. Aunque en ciertas circunstancias el corsario puede mandarle solo con un par de hombres y una nave escolta para realizar alguna misión de exploración o infiltración que requiera pasar desapercibido. En estos casos el contrabandista es el oficial de mayor rango de la misión a partir de ese momento. Dada su gran experiencia y su exposición constante al riesgo, su rango es muy respetado dentro del sindicato.

Bucanero: Su nombre se debe a una flotilla de buccaneer y naves medianas que durante la invasión ayudó a salir de Virgil a varios miles de personas escoltando sus naves hacia NYX. Los bucaneros eran gente de campo y de fábricas, en su mayoría se dedicaban a la agricultura, la ganadería, la minería y la producción industrial. Eran los obreros de a pie. Tenían naves pequeñas y medianas con las que podían moverse por el sistema para cerrar trueques, acuerdos de negocios o simplemente visitar familiares y amigos. En aquellos tiempos la nave buccaneer era accesible por su bajo precio y sus costos de mantenimiento, para casi todo el mundo. Cuando estalló la invasión, miles de buccaneer inundaron el cielo con sus estelas y dieron cobertura a las naves que estaban escapando del infierno Vanduul. Los bucaneros se ganaron el corazón de la población civil y de muchos piratas incluso. Se les respeta, y en honor a ellos crearon el rango de bucanero, el cual el almirante Mardok no desestimó en añadir a su lista de rangos oficiales. El bucanero es un piloto ágil, de nave pequeña y mediana, acompaña muy bien a naves pesadas de carga junto a cazas de mayor calibre, teniendo un mayor peso en la retaguardia, desde donde protegen la cola y los flancos inferiores de los convoyes, y avanzan en caso de que el convoy sufra un ataque frontal, ofreciendo cobertura a las naves de carga y apoyando a los cazas pesados.

Mercenario: El mercenario ya sabe lo que quiere. Ha llegado a la organización, muchas veces desde aprendiz, y aquí es donde decide si quiere seguir escalando posiciones o prefiere acomodarse cobrando su sueldo. El mercenario es polivalente, se le puede encomendar casi cualquier cosa, desde combates cuerpo a cuerpo, con armas cortas o largas, hasta pilotaje de naves de carga y combate de gran tamaño, pasando por conductores de tanques, vehículos terrestres, desmantelamiento de naves y todo lo que quede por inventarse. Son buenos trabajando con artilleros y aprendices cuando se trata de estar al mando en operaciones terrestres. Se les da mejor que las operaciones aéreas, por eso cuando se las encomiendan están siempre bajo las órdenes directas de al menos un contrabandista.

Artillero: Después de un periodo de aprendizaje, el aprendiz quiere demostrar a sus superiores de que pasta está hecho, y se lanza de cabeza a lo mas pesado que puede tener entre sus manos. El artillero puede ser un aprendiz ascendido, pero no es menos cierto que los hay que son profesionales y les gusta estar donde están. Su tarea es la de tomar el mando de las torretas y cañones manuales en las naves y vehículos terrestres. En combates terrestres a pie se les suele proveer de lanzagranadas y explosivos para generar caos y confusión mientras cubren el avance del resto del grupo. Son muy buenos para crear fuego a discreción.

Aprendiz: El aprendiz ha llegado a la organización, creyendo que ya es un ilegal. Pero nada mas lejos de la realidad, todavía no sabe que para serlo hay que ganárselo. Su trabajo será duro, porque empezará como un simple recadero, obedeciendo las órdenes de toda la cadena de mando sin rechistar. Aprenderá el oficio como lo aprendieron todos, desde lo mas básico, hasta lo mas importante para poder sobrevivir en un entorno lleno de persecuciones y de criminalidad. Si consigue sobrevivir a ello, entonces habrá demostrado que puede ser parte de los ilegales.

CAMPAÑAS Y MISIONES:

Hay tres tipos de misiones. De contrabando, represalia e investigación.

Contrabando: Misiones cuyo objetivo es transportar cargas de materiales y productos varios relacionados con la actividad normal del sindicato.

Represalia: Misiones en las que por diversas razones se ha catalogado a una organización, empresa o sindicato como hostil, y se emprenden acciones armadas para obtener un botín o destruir y dañar seriamente sus infraestructuras.

Investigación: Estas misiones se basan principalmente en la exploración y el reconocimiento general de planetas y sistemas, con la intención de descubrir nuevas rutas y recursos, así como la de salir en búsqueda de algún recurso concreto, necesario para una investigación científica que nuestro laboratorio necesite para el estudio o la elaboración de un nuevo estupefaciente, así como desarrollar estudios para mantener actualizado nuestro sistema social y militar.

El Almirantazgo crea las campañas y decide cuando empiezan y cuando terminan. Una campaña puede tener una, dos o varias misiones que se pueden ejecutar por separado una detrás de otra a medida que se van completando, o al mismo tiempo, siempre y cuando se cuente con suficientes efectivos y corsarios para llevarlas a cabo con un mínimo de garantías. Todos los miembros del sindicato salvo el aprendiz, pueden proponer misiones cada vez que se abra una nueva campaña. Para ello, deberán de abrir una ficha con su nombre, indicando el tipo de misión de que se trate, y los motivos por los que hace la propuesta. Una vez cumplimentada la ficha deberá hacérsela llegar a cualquiera de los corsarios que esté disponible, para que la envíe al Almirantazgo. El Almirantazgo revisará las misiones propuestas y decidirá las que dada su naturaleza, podrían incluirse en la campaña en curso. Ningún miembro puede crear ni comenzar campañas por su cuenta dentro de la organización sin antes haberlo consultado con el Almirantazgo para que las apruebe, ni pueden comenzar las misiones de una campaña hasta que reciban la patente de corso. Una vez el Almirantazgo autoriza y hace oficial una campaña y se han decidido las misiones a realizar, se reúne con sus corsarios para estudiar diferentes estrategias sobre el mapa, y les hacen entrega de la patente de corso para que puedan llevarlas a cabo. Momento en el que los corsarios deben de empezar a reunir a sus equipos para poner en marcha los preparativos de la misión que les han asignado, e intentar terminarla en los tiempos establecidos por las reglas que se fijen para cada una de ellas.

LA PATENTE DE CORSO:

La patente de corso es una tarjeta que expide el Almirantazgo a los corsarios que han sido seleccionados para realizar misiones. Esta tarjeta, es intransferible y solo sirve para la misión que hay descrita en ella. Una vez finalizada la misión, la patente caduca automáticamente. En el caso de que un corsario no pueda realizar la misión por motivos personales, enfermedad etc. Deberá de devolver la tarjeta al contralmirante y este emitirá una nueva para otro corsario disponible o en reserva. Cada tarjeta contiene el nombre de la campaña en curso, el nombre del corsario titular, el tipo de misión a realizar, la fecha de inicio y la firma del Almirante. Una vez el Almirantazgo mediante el contralmirante, hace entrega de la patente de corso al corsario, este tiene autorización para comenzar la misión que tiene asignada en la tarjeta. Bajo ninguna circunstancia, ningún corsario puede comenzar misiones si no ha recibido la patente de corso de manos del contralmirante o del miembro del Almirantazgo que actúe en su representación. A partir de ese momento, el corsario podrá solicitar al Vicealmirante los efectivos que crea necesario para completarla con éxito, a lo que el vicealmirante una vez verifique que la patente de corso está en vigor, hará lo necesario en la medida que sea posible para satisfacer la demanda de los corsarios, distribuyendo el personal y el inventario en función de la disponibilidad y la dificultad de las misiones.